Tomar cualquier destilado, aun que sea un vasito, me significa despertar al día siguiente a las 7 de la tarde con una jaqueca insostenible y una boca más seca que charqui.
Ahora tengo insomnio, son las 3:00 am y no consigo ni pestañear, y claro, me acuerdo de ti.
Pienso en las horas de diferencia que tenemos, probablemente tu ya estés despierto, pensando en cualquier cosa menos en mi.
Te imagino tomando el metro, lleno de planos bajo el brazo, con un café en la mano y una sonrisa muestra dientes.
Tu día seguramente será perfecto, te sonreirán, te felicitaran, te iras a tomar unas cervezas con tus amigos, hablarás de utopías y alguna alemana guapísima se sentará contigo a escuchar tus sueños.
Pero ella no es pulenta, ni tiene el pelo olorocito.
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